La semana de Parque de Atracciones (II): Clara Santafé
LILITH
No le entregaré a la nada la única silueta que deseo para mi porvenir,
Sonia Fides, de No me pidas que me estrene como caníbal.
Hoy me rindo
porque Lilith aún sigue pariendo sola.
Quiso quedarse con alguno de sus hijos
para que alguien le limpiara el sudor de la frente
y Dios amenazó con lapidarla.
Como un torturador de cualquier dictadura
consiguió que confesara:
se declaró puta, desobediente y mala.
Y el Gran Ojo sonrió satisfecho pero sin liberarla.
Ya lo ha intentado todo:
doblarse hacia dentro exprimiendo la fauna que la atosiga,
hacer de su vientre un nudo,
enlazar sus entrañas al precipicio,
tejer un veneno invasor
y pudrirse hasta la muerte.
Pero la muerte no es suficiente.
Su secuestrador la condena a la resurrección,
por traicionar la supremacía del hombre blanco.
(Me cantaron en la cuna que Lilith rapta a los novios de las buenas chicas,
esas que visten rebecas salmón y usan rímel transparente.
Primero los seduce con sus hermosas alas azafranadas,
después arrastra su lengua de mercurio por sus ojos y nucas
y luego los descuartiza al ritmo de una canción de los Rolling.
Me cantaron en la cuna que Lilith se alineó en el bando de los enemigos del Omnipotente).
Y es sólo ahora, al mirarme tú así, cuando comprendo al fin que me mentían.
Ya no puedo más,
maquino,
me desespero por minutos;
quizás si extrangulo a un mirlo
logre sedarla...
asesino cigarros pensando en ella
y deseo que esos crujidos la maten.
Pero la muerte no es suficiente.
Y yo me he rendido.
Clara Santafé Subirás (Zaragoza, 1985). Estudia Trabajo Social en la Universidad de Zaragoza. Como actriz ha estrenado Los Bosques de Nyx en el Teatro Principal de Zaragoza. Parque de Atracciones es su debut como poeta.
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