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ZarAGOTA

Crónicas de Zaragota: y con Guille hasta el final (II)

Guille Martín murió en los últimos días del verano del 2006, rodeado los amigos y de la gente que le quería, junto a su mujer, Gabi y su cuñado Miguel. Nadie en Zeta ha podido todavía superar una pérdida tan terrible para el rock en nuestra ciudad. Nadie. Guille tocó en Desperados, con su hermano Fernando, en los primeros Rodríguez (poca gente sabe que estuvo a punto de ser el bajista de los Rodríguez, pero su hermano no quería que se alejara de su lado) y luego fue miembro de las bandas de acompañamiento de –sí, lean y alucinen-: Andrés Calamaro (en los tiempos gloriosos del Honestidad Brutal y Alta Suciedad), Ariel Rot, Andy Chango (histórico concierto en la Casa del Loco, con una camiseta de Everybody knows I´m a lesbian), Jaime Urrutia y Loquillo. Era el más grande. Y punto.       

                  El sábado se juntaron un puñado de sus amigos, músicos, poetas y canallas en general para recordarle y hacer lo que a Guille más le gustaba: canciones chulas, una buena zapada en un tugurio lleno hasta arriba de aliados y colegas. En el Café del Prior, en la Cavern –excelente lugar para conciertos, como pude comprobar hace unas semanas con el concierto de The Vibrants- Los Canallas eran la banda base: Gonzalo Alonso Gonso (de Días de Vino y Rosas), teclados, guitarras y dirección musical, JJ Gracia (Dos Lunas) en guitarras, Miguel Mata (Trogloditas, Cuti, Javierre, Dos Lunas… y cientos de bandas más) en bajo, Santi del Campo (Especialistas) con saxo, flautas, melódica y voces y Carlos Gracia (Staff, Dos Lunas) y Javier Villar en percusiones y cajón flamenco. Un poco de experimentación con reminiscencias árabes tras la emocionada presentación del escultor JoseAzul dieron comienzo al concierto. Después el gran Tatanko, rapsoda oculto de la sagrada zeta, cetísima, interpretó unos tangos recitados que nos dejaron a todos sorprendidos: Mano a Mano, Si soy así… entre Malevaje y el spoken word       

      Entre el público, pues Rafa Guisante, también gran amigo de Guille, uno de los responsables del precioso Ráscale Guille (tú y yo lo sabemos, Rafa), Nacho Serrano de los Niños del Brasil, Sam, batería de Bomba Gum, Nacho Zorro, Gonzalo de la Figuera, Michel Royo… su gente, sus amigos, riendo y bailando, como tiene que ser.        

      Después lo más emotivo: subió Fernando Frisa (Malamente, Los Cármenes), grandísimo amigo de Guille, con el que compartió muchas horas de guitarreo con aquella banda de piratas que hacía versiones hermosísimas en muchos garitos de la ciudad, los Habba, e interpretó junto a Gonzalo Alonso un tema de este último: vuelo 76480 – que apareció por primera vez en un recopilatorio de música aragonesa que montamos en Confesiones de Margot, Mauricio, levántate y zamba- y después dos preciosos temas del grupo más grande que ha dado Aragón, Mas Birras, un divertido Maldita sea mi suerte y un rockerísimo Tren de Medianoche. Para el final y como no podía ser de otro modo, Una noche sin ti de los Burning, en la que Rafael Sanemeterio, vocalista de la Banda de L´ambar se incorporó en las voces.         

     Pero los momentos mágicos se sucedían, el siguiente fue ver aparecer en el mismo escenario a Gonzalo Alonso y Juan Aguirre, más del 50% de Días de Vino y Rosas, el gran grupo que pudo reinar, diez años desde que tocaban juntos por última vez. Una vieja canción, anunció Gonso, y comenzó Corazones Desgastados.Después subió de nuevo Rafael Sanemeterio, con parte de la Banda L´ambar para interpretar en semiacústico tres temas propios – divertido Marcianos en casetas- con el acompañamiento de Del Morán, el mítico bajista de Bunbury desde la época del Radical Sonora y todo el Huracán Ambulante         

    Y después, después el momento de las jam… vuelven los Canallas, se incorpora Alan Boguslavsky –el mexicano andaba por la ciudad, quizá tratando de no estar en México cuando lleguen los Héroes, no vaya a ser que no le inviten a tocar- y Tatanko improvisa un talking blues sobre un poema de Julio Donoso. Y la fiesta siguió, pero yo, que soy un abuelo, me fui para casa… 

Grande Guille

Y un beso para Gabi y Cristina.

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