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ZarAGOTA

Crónicas de ZarAGOTA: no se puede llegar a todo, llegar tarde también es llegar (I)

            Creo que era Santi Rex el que hablaba de eso en su blog: en Zeta hay meses que no pasa nada y luego en una semana se te acumulan los eventos y acontecimientos de manera tan salvaje y desordenada que, mejor que hacerse un planning, es salir a la calle con veinte euros y confiar que cuando vuelvas a casa te quede alguna moneda y fuerzas para levantarte y trabajar al día siguiente. O algo así.

 

                                                                                                                     El martes –por supuesto el lunes no entregué nada para el premio Miguel Labordeta de poesía, eso hubiera sido una loa al trabajo duro y la dedicación que no estoy todavía preparado para realizar- me pasé por la presentación del libro de la editorial Olifante que había en la FNAC. Enrique Villagrasa y su Línea de Luz, con Trinidad-la jefa de Olifante- y un señor que leía un montón de folios-mi capacidad de atención en estos eventos, como el conferenciante no sea un poco habilidoso, es la de un pez un poco cretino- y que me hizo agradecerle a San Leonard Cohen haber llegado a mitad del acto. Estaban Miguel Serrano- hablamos de su libro con Eclipsados, con las pruebas en la mano, de la revista Eclipse y del Cuello de Botella para terminar con las enormes antologías poéticas y los traductores que son capaces de marcarse un mes puestos- Miguel Ángel Ortiz Albero, Ángel Gracia –lógicamente, lo organizaba- Manuel Forega- que se iba al día siguiente de viaje y que, como Dolan Mor, tampoco se quedó a tomar unas cervezas-, Fernando Sarriá, Magdalena Lasala y Manuel Vilas. El comandante Vilas, patillas concienzudas y magnetismo singular. Aún tuvimos tiempo de hablar de la segunda edición de Los Chicos están Bien-yo quiero convencerle para que monte recitales en bares-, los proyectos futuros y los proyectos pasados cristalizados, el gran Vilas, dándolo todo… y apareció Ana Muñoz (rusa, cuello de botella y rubia natural, aunque esté más guapa de morena) que llegó tarde –aunque llegar tarde también es llegar- y los chicos, que estaban bien, se pusieron mejor. Yo me retiré pronto para casa, que al día siguiente había que trabajar, bien, muy bien.

 

            El miércoles tocaban Insulina Morgan en el Pulp, un rollo acústico, sólo teclados y la voz y la guitarra de Gaby, con Alex Mister Hyde de invitado, pero esta vez estaba claro, o una cosa o la otra, así que nos recluimos Pablo Malatesta y yo para escribir nuevo material para Experimentos in da Notte –tocamos con Above the Three en el Mar de Dios el viernes 28-. Nos vampirizamos en condiciones. Hicimos tango y bolero y preparamos una versión que va a dejaros con la boca abierta.

 

            El jueves quería pasarme por la Lata de Bombillas, a celebrar el aniversario, pero la semana fue muy dura en el laburo y la cabeza me ardía, me marché para casa y traté de adelantar con los cientos de entregas que tengo pendientes. Algo adelanté. Creo.

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