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ZarAGOTA

El Tren que pasa (Andrés Calamaro)

El jardinero vertía el agua sucia sobre las últimas flores del verano. Cultivaba aquellas flores-amapolas, margaritas, no recuerdo el nombre de ninguna más-, las secaba y luego se las ofrecía a todas las mujeres que pasaban por delante de su jardín. Un día se marchó, se llevo la estación de la lluvia y las fiebres con él A mí no me importó demasiado, parecía un tipo sin suerte, todo el día pidiéndole consejo a sus flores y a los insectos que pululaban por el jardín. Un día me pilló mirándole y me gritó sarcástico que no todas las paradas de un tren son estaciones. Se marchó, a Buenos Aires creo, y pasados los meses me mandó una postal. En realidad no era una postal ni me la mandó a mí, más bien era una foto suya en la Plaza de Mayo. Tenía ojeras y las manos tan sucias como siempre, sostenía una enorme tijera oxidada pero parecía contento, la postal, la postal iba destinada a sus flores pero como ya no quedaba ninguna me la quedé yo.            

Ahora ocupa un lugar de preferencia entre las cosas que tengo que tirar.

_Me encantaba la canción de Calamaro, El tren que pasa, la pinché la otra noche en el BACHARACH, a María Caníbal le encantó. Sólo la cantamos Simón Salmón y yo. Nos vamos poniendo viejos.-

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