Había cosas que me hacían feliz
Y ahora se desmenuzan entre los dedos. La vida como un terrón de tierra, compost, ciemo. Os recomiendo el domingo ir a ver a Abraham Boba. En la lata de bombillas, son cinco euros sólo. Los proyectos se hacen para no tener tiempo de pensar en otras cosas. Árboles, bosque, cigarrillos mal apagados. He cambiado las sábanas. Espero trocitos de clarinete volando por la web. Me muero por un poco de opio. Me duele todo el cuerpo, no sé si estoy enfermo o simplemente cansado. Mañana pinchamos Santi Rex y yo en el Mar de Dios. Hoy toca iglesia, televisión, cumpleaños. Escuece y salta a la vista. Espero la llamada de Wes Anderson, el verano fatal de Rosenvinge, el día que me quieras, los tangos en Buenos Aires sonaban peor que en el mp3 mientras voy en el autobús camino del Actur. La residencia de ancianos acumula deliciosas enfermeras agotadas por los turnos eternos. Hoy acabé de formar a un puñado de personas, el lunes me toca otra remesa. Deber ser el síndrome del nuevo curso, a mis padres les lleva pasando cuarenta años. Miré entradas y fechas para ir a ver a Benjamin Biolay y todo se conjuraba en contra, no te metas con él, perdió a Chiara y estoy seguro que andará de mal humor. Hoy todo es como en la canción de los Niños del Brasil, la de Krafwert...
La veo en su cuarto cada anochecer
me atrae mirarla hasta enloquecer,
los hombres para ella simplemente son
humildes esclavos de su ambición.
Se queda encendida mi televisión,
lleno con insultos su contestador
anónimos mensajes, desesperación,
su voz suena tan fría al ritmo del motor.
Ya no miro ventanas cada anochecer
no hay fiestas, no hay chicas ni nada que ver
tengo lo que quiero, simplemente es
tendido su cuerpo siempre a mis pies.
1 comentario
a. de la o. TONTO -
muak.
(yeaaah, sé que Zeta es buena).