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ZarAGOTA

Crónicas de ZarAGOTA: Reverberación experimental en la sagrada Zeta (II)

                Y aspirantes a modernas de Barcelona es lo que me encontré el día siguiente en el Bass Space cuando fui al concierto de Mendetz. Había quedado con Santi Rex y con Pepa en la Estación del Silencio y me pasé un rato antes para hablar con la gente de Mecanismo y comentarles unos proyectos que llevamos entre manos. Pero vamos, llegamos sin problemas al concierto. Me habían llamado la gente del Heraldo-Muévete para que hiciera la crónica del bolo, prometiéndome que mi nombre estaría en la puerta. Pero no, claro. Se le había olvidado a alguien poner las letras de Octavio sobre el papel –esto es un clásico, no creáis, me ha pasado cientos de veces, pero la verdad que nunca me he llegado a quedar fuera, sorprendentemente unos ángeles o algún demonio siempre aparece y me cuela- y menos mal que iba con Santi Rex que se conoce al 99% de los porteros inteligentes de la ciudad y pudimos pasar. Yo, eso sí, con las orejas gachas. Dentro me encontré a Räro dj con Armando, Alex Estige y Pablo Malatesta, vamos los clásicos freaks de la música en Zeta. Y chicas, muchas chicas, una barbaridad de mujeres, de esas que luego no sabes por qué bares se meten. El sitio estaba a tope de gente – sobre todo chavalas, como ya he comentado- modernos y menos modernos, pero vamos, aspirando todos a una luz individual que se integre perfectamente en la muchedumbre postmoderna. El espíritu tribal que sobrevive generación tras generación. Los Mendetz, buff, yo no estaba en el papel de pasármelo muy bien y no me lo pasé. Me resultaron repetitivos y sin los tics graciosos ochentenos que yo hubiera esperado. La gente no baila, pero como ya he comentado un poco más arriba el público de Zaragoza es un poco cretino. Futuresex que es megahit aún nos dio un poco de vidilla, pero yo es que me estaba aburriendo, para que lo voy a negar, no me apetecía estimularme de ninguna manera y nos fuimos con los bises –tocaron Eleanor Rigby, me lo comentó Räro el domingo por la tarde (sigan a Räro, va a pinchar en el PULP haciéndose llamar Ricky Ramone y sólo va a poner un minuto de cada canción que seleccione)- a tomar otra a la Estación del Silencio. Pero hay noches que están apagadas y un puede tratar de prenderle fuego con todo lo que lleva encima y las cosas no terminan nunca de funcionar. Qué le vamos a hacer.

             Y el domingo otra vez de concierto. Los hermanos Picore con su promotora Con las Uñas se habían traído desde Castellón – donde había tocado con Xiu Xiu en el Tañed Tin- al batería CHES SMITH´S CONGS FOR BRUMS, un pibe que le ha dado a los parches con gente como Marc Ribbot-guitarra de Tom Waits y de Andrés Calamaro en el Alta Suciedad- y muchos más. Me llevé a María Caníbal que se está haciendo una experta en música experimental – un poco árida sí que era la propuesta, para que lo vamos a negar- y allí estuvimos un ratillo de percusión, batería, xilófono y programaciones. El tipo estaba en forma porque aguantar el ritmo que se pegó sus cuarenta y cinco minutos, manda narices. Estaban los Picore al completo, Eduardo Baos (ex Polaco ahora en Tachenko), gente de Lavodrama y cuando nos estábamos yendo Alicia Kyoto (ex Haikus) – por cierto, Kyoto el nuevo gran proyecto del under de Zeta, búsquenlos, encuéntrelos, escúchenlos-.


                Un puente completo, conciertos jueves, viernes, sábado y domingo. Ahí es nada.
Nos vemos la semana que viene. Les quiere.

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