Crónicas de ZarAGOTA: Playback de mi vida
La semana pasada traté de empaparme de alguno de los mejores sonidos que esta sagrada ciudad está dispuesta a destilar, pero entre enfermedades, muchedumbre y despropósitos la cosa se complicó y sólo Mister Hyde calmó la sed de este que escribe. La semana siguiente la cosa no es que estuviera mucho más tranquila en cuanto a programación de conciertos y actividades-qué efervescencia de Zeta, diablos- pero mi ritmo estaba desbocado y sin control, así que mejor dejarse llevar.
El miércoles no había concierto propiamente dicho en Bodegas Almau, los Mantra djs-reputados pinchadiscos con residencia en Morrissey y animadores de terrazas veraniegas- estaban encargados del soporte audiovisual de una exposición de nosequé... un montaje de estos arty medio modernos, con muchas luces y parafernalia pero poca aceptación popular-con eso en Zaragoza aún estamos con mucho retraso- y aunque pensaba marcharme para casa y escribir un ratico me cogió Pablo Malatesta por banda y nos tomamos un vino bajo el calor artificial de las estufas. Saludé a Emilio, una de las cabezas pensantes de combo de djs y escuché alguna de las mezcolanzas étnicas con la que la sesión se abría. Pablo Malatesta me contó que había fichado como bajista de la banda tributo a Depeche Mode The Martin Gore Experience, en sustitución de Juan Mecánico y que le quedaban por delante un buen puñado de bolos con De Vito-cada vez mejor, cada vez más sobrados de canciones y actitud- lo que complica cada vez más la continuidad de Experimentos in da notte a medio plazo. Pablo Malatesta y EdSullivan han montado un pequeño grupo paralelo electrónico y experimental de nombre fonéticamente divertido –que me niego a reproducir aquí- para telonearse a sí mismos en los bolos en solitario de los De Vito, también me contó que su proyecto Polizei-junto a Javi Estige- iba perfilándose poco a poco. Hay muchas ganas de escuchar su material.
El jueves primera presentación de las dos nuevas novelas de la editorial Eclipsados, Ezequiel y Miguel Serrano en la Antígona, acompañados de Nacho Escuín-editor- y Nacho Tajahuerce . Yo, como es habitual, llegué tarde y me perdí la mayor parte del discurso inicial-sí, lo hago a idea, qué os creíais- pero aparecí y eso que me había enterado sólo 72 horas antes del acontecimiento. El libro de Miguel Serrano, Un breve adelanto de las memorias de Manuel Troyano, es un texto divertido, ácido e irónico que narra las aventuras de un personaje a veces infame a veces conmovedor en una Zaragoza literaria y estancada que se parece demasiado a cómo es en realidad. Miguel es un escritor hiperdotado, de una cultura amplísima y una capacidad de imaginería y profundidad que es muy difícil de encontrar en gente de su edad-y de más y de menos, y entre cualquiera en general-. Me pillé los dos libros y me leí el de Miguel esa misma noche. Os lo recomiendo desde aquí. En la presentación estaban Ángel Gracia, Miguel Ángel Ortiz Albero, Jesús Jiménez. Raúl García, Almudena Vidorreta, Ana Muñoz-sietemisina de su examen-, Jesús Soria-que unos días más tarde me enteré que había ganado el premio de poesía de la delegación de gobierno, con el 22 Nacho Tahauerce de segundo accésit-, Félix Romeo-al que aproveché para darle de nuevo la enhorabuena por el excelente y hermosamente evocador Amarillo y también comentarle lo intempestivo de la presentación al sábado siguiente del nuevo libro de Nacho Escuín, Americana, aunque de eso hablaré más adelante-, Daniel Gastón o David Mayor. Sé que me diréis que quizá sea exagerado, pero esto cada vez tiene más pinta de generación. Otro día hablaremos sobre el particular. No pude quedarme mucho tiempo, la semana se estaba viendo consumida por las pruebas y correcciones de mi nuevo libro de poemas y el muchacho de menos de cincuenta páginas es muy exigente en sus peticiones.
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