Obsesión
Se levantó Jane Birkin, la cama revuelta, con el sudor perloso sobre las sábanas caras, se levantó Jane Birkin y entre los vasos encontró uno, patera, limpio, jodidamente limpio. Bebió su ración de sangre matutina y evitó, como en los últimos cuarenta años, mirarse al espejo.
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Fernando -