Ganadores de Ciudad de Mármol e intervención en la Expo
Con mis dedos temblororos tras una larga noche de singles y gintónic (espero que Santi Rex saliera vivo de Camboya):
Sara, Rosa, Mpilar, Pilar y el mítico JG. Os he mandado un mail para que me paséis vuestra dirección postal. A los demás, os aviso para la presentación y os obsequiaré con un ejemplar si os pasáis
El viernes estuve en la Expo (colgaré la intervención a lo largo de la próxima semana, que hay que pulilar, una cosa es la oralidad y otra plasmarla en el papel) y fue estupendo, comí con Carmen Ruiz y tomé café con Manolo Forega. Después con Fariña y Luis Felipe Alegre estuvimos de tertulia. Ah, y una visita a Pedro (que está en la librería de la Expo) con Jose Ángel que se había pasado a verme (gracias man). Cuatro colaboradores del maquinista...sin el maquinista.
Copio la reseña de Javier López Clemente (aka Curvatura de la córnea) y una foto que me sacó (igual me tengo que cortar el pelo y todo)
El Pabellón de la ciudad de Zaragoza en la Expo celebraba el día del barrio Universidad, con este motivo subieron al estrado Octavio Gómez Milián y Eduardo Fariña.
Gómez Milián hizo un ejercicio memorístico que le llevó hasta la postmodernidad zaragozana, todavía no existía Zeta, de los años ochenta. Un viaje hasta el barrio Universidad dónde la movida madrileña tenía su réplica aragonesa sin que sus protagonistas tuvieran conciencia de semejante evento , unas calles por las que Octavio niño “regordete” paseaba de la mano de su madre para hacer la compra, las mismas calles que descubrí en mi aterrizaje desde la lejanía pueblerina, un lugar dónde beber en copas de cinco litros o morir ahogado bajo los labios posesivos de alguna girl dark del barrio de San José experta en peligrosas succiones y en birlar vasos de tubo. El poeta recordó un barrio dónde todavía era posible adquirir esos discos que ahora sólo clickeamos, una de esas tiendas dónde tuve que decidir entre una cassette de los Police y otra de los Stones, un barrio de librerías con David Mayor frente a los anaqueles, un barrio que le recibió científico después de cursar ingeniería al otro lado del Ebro River y que le enseñó - de la mano de un joven concejal guipuzcoano - la cara más dramática de este país, un barrio con una calle, una casa y una habitación que alojó a Sergio Algora, un barrio con un Parque al que todos llaman Grande y que Octavio citó con su nombre oficial de Primo de Rivera, un parque para dar pan a los patos, leer a la sombra de sus árboles y acudir al derruido anfiteatro del Rincón de Goya dónde el poeta asistió al regreso del Niño Gusano, un espacio con el que sueño la noche de verano que no conseguí escuchar a Camarón.
Una exposición cercana, sincera y muy bien trenzada. Octavio Gómez Milián esta alcanzando altas cotas de excelencia como poeta, como articulista de prensa en las páginas del Heraldo y como analista de la actualidad en la televisión local “La General”. Y todavía me queda por descubrir en vivo y en directo sus facetas musicales como pinchadiscos y cantante lírico rockero.
8 comentarios
Rafa -
o. -
raúl -
carmen -
o. -
Rafa -
sara -
jl -
no pudo ser
pero será