Segunda entrega de pop oscense: Copiloto
Defensa del artista que no existe (Grabaciones en el Mar)
Desde que DA grabó para Mushroom Pillows su excelente primer disco solista Dormidos en el Zoo ningún artista aragonés había vuelto a meter la cabeza en alguna discográfica nacional. Copiloto lo ha hecho. Compuso durante años temas que convencieron a Julio Ruiz para convertirlo en el tapado del ambiente maquetero y grabó con Paco Loco (pope del sonido indie de la última década) y consiguió que Pedro Vizcaíno volviera a confiar en el pop y se lanzara a sacar un nueva referencia de Grabaciones en el Mar.
No se me ocurre mejor sello que en el que vio la luz el Niño Gusano, La Habitación Roja o Pulmón para Copiloto. Y él lo sabe y no le importa decirlo (Con Sergio y Nixon/Aún por conocer, Atemporalmente). Javi Almazán es de Huesca, como Javierre, como Justo Bagüeste, como Kiev cuando nieva o Domador. Eso siempre es una señal de calidad.
El disco de Copiloto es un disco de canciones y guitarras, de ambientes densos e instrumentación tupida, un disco en definitiva de pop, de la escuela que va de J. a La Costa Brava pasando por las mutaciones de Alfaro y todas las manifestaciones granadinas. Copiloto está dotado de una voz que se sostiene frágil frente al muro trenzado de electricidad que acompaña a la producción y con la que Javi Almazán relata historias introspectivas y cotidianas, más de habitación y ventana abierta a la calle las tardes de los martes que de exceso y quemazón rockera. En esa onda está la deliciosa Chicos en pie de guerra, con la herencia lánguida de los mejores Planetas alimentando un texto excelente, de retirada prudente o la confesional Atemporalmente, con la que se cierra el disco. Está claro que hay temas que reciben la influencia de distintas bandas del pop alternativo con las que Copiloto ha crecido: Yo no quiero a nadie es un ejercicio claro de cantautor eléctrico, con un toque épico, muy al rollo de las Esferas Invisibles, Mi Némesis particular podría ser una canción perdida de Cuentos chinos para niños japoneses y Alicia Subterránea será cara B en el EP que grabarán El Niño Gusano cuando se vuelvan a juntar, pero otros como Pero no es así o Poquita cosa son puro sonido Copiloto. Y eso es una señal de calidad.
No me convence la producción, por muy Paco Loco que haya tras los controles, la instrumentación suena a veces demasiado hueca y los arreglos demasiado planos. Me da la sensación del efecto pilotoautomático que el del Puerto de Santa María deja que se impregnen en algunos discos. Creo que para la próxima referencia Copiloto debería hacer una grabación con banda, con la excelente banda que le acompaña en directo (Pozo, Javi Estige, Jorge Metrobass e Isaac StereAnt), en un estudio donde el productor le deje jugar, desarrollar conceptos, crear un trabajo más artesanal. Con el talento compositivo de este muchacho... puede quedar algo espectacular.
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